Además, la persona que hace la donación la tiene que incluir en la declaración de la renta, de la misma manera que si vendiera la vivienda, así que es posible que tenga que pagar más. También tendrá que pagar la plusvalía municipal. Así que no, no parece que soluciones nada a tus hijos donándoles un piso en vida.
Vender el piso a mi hijo
Otra opción que te proponen los notarios es vender el piso a tu hijo. Esta opción tampoco está exenta de impuestos, claro. Es importante que si escoges esta opción acredites que tu hijo te ha pagado realmente.
De lo contrario podrías tener problemas con Hacienda, ya que podrían entender que se trata de una donación.
En este caso, tu hijo tendrá que pagar el impuesto de transmisiones patrimoniales y tú deberás abonar el impuesto sobre la renta, además de otros gastos derivados de una operación de compraventa de vivienda.
Recuerda que el piso ya no es tuyo
Los notarios creen necesario hacer una advertencia a las personas que deciden poner un piso a nombre de sus hijos: aunque sigan viviendo ahí, ya no van a ser propietarios de la vivienda.
Esto significa, no solo que tu hijo te puede echar del piso, sino que puedes tener problemas si le embargan los bienes, o en el caso de divorcio de tu hijo o hija con su pareja. En este caso un juez le podría adjudicar la vivienda al cónyuge.
Este tipo de situaciones no se suelen prever, porque no son agradables, pero hay que tenerlas en cuenta. Para solucionar esto, puedes reservarte el usufructo del piso mientras vivas.
La solución más fácil para poner un piso a nombre de tu hijo
Por todo ello, los notarios lo tienen claro. La solución más fácil y barata es que en el momento de comprar el piso tú compres el usufructo y tu hijo compre la llamada nuda propiedad.
De esta manera, tu te garantizas un techo y tu hijo se garantiza que el piso es suyo. Para ello, es necesario que padre e hijo paguen al vendedor el precio del derecho que cada uno va a adquirir.
A nivel de impuestos, se pagará lo mismo que si son sólo los padres los que compran el piso. También hay que tener en cuenta que, si en algún momento queréis vender el piso, ambas partes tienen que estar de acuerdo.
La herencia, la solución ‘clásica’
Por último los notarios recuerdan que siempre se puede optar por la solución ‘clásica’, es decir, la herencia. Que los padres sigan siendo los propietarios, que puedan vender el piso cuando quieran y que, si no lo hacen lo hereden sus hijos cuando fallezcan y lo vendan si lo desean.
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